La historia ya es conocida, pero se vale contarla otra vez: Tras la publicación de White Light / White Heat (1968, Verve) y el quiebre en la formación clásica de The Velvet Underground, salvo una aparición como músicos de acompañamiento en un show de Nico en 1972, Lou Reed y John Cale no volvieron a dirigirse la palabra hasta el 1ª de abril de 1987, cuando coincidieron en New York para asistir al funeral de Andy Warhol y fueron prácticamente obligados por amigos en común a solucionar sus diferencias. La terapia de choque dio resultado, y fue en ese mismo lugar donde el pintor/cineasta Julian Schnabel les propuso crear una composición en homenaje a quien fuera su amigo, mentor y mecenas.
La pareja puso manos a la obra, y poco a poco fueron tomando forma las canciones de esta pieza conceptual sobre la vida de Warhol, que se estrenó en directo en una versión casi completa a principios de enero de 1989, en la iglesia de St. Anne, en Brooklyn. Sin embargo, los compromisos personales de ambos en ese momento – Cale daba los toques finales a Words For The Dying (1989, Opal/Warner), mientras que Reed estaba a punto de iniciar la gira promocional de New York (1989, Sire) – hicieron que el proyecto tardara varios meses más en ser completado. Tras presentar la obra íntegra a fines de noviembre del mismo año en el New Wave Festival de New York y hacer un registro en vivo sin público (editado al año siguiente en VHS y Laser-Disc), la pareja finalmente entró al estudio para plasmar las composiciones en formato físico.
Tomando el nombre de un apodo por el cual Warhol era conocido (una contracción de las palabras “Dracula” y “Cinderella” inventada por Ondine, una de las estrellas de la Factory- este disco relata en orden cronológico la vida del artista antes conocido como Andrew Warhola, dejando de lado el personaje público, de sobra conocido, y enfocándose justamente en su faceta humana, aquella con dudas e inseguridades sobre sí mismo y lo que llegó a representar. Así, sostenidas sobre los teclados y la ocasional viola de Cale junto a la guitarra de Reed, con los dos hombres repartiéndose las labores vocales entre relatos en primera o en tercera persona, las canciones narran desde la infancia en Pittsburgh y el recuerdo de las raíces checoslovacas (“Small Town”, la minimalista y envolvente “Open House”), pasando por la llegada a New York, el encuentro con The Velvet Underground y la reticencia de parte de la comunidad artística a la propuesta de Warhol (“Work”, “Style It Takes”, “Trouble With Classicists”) hasta su intento de asesinato a manos de Valerie Solanas en 1968, del cual nunca pudo recuperarse por completo (“I Believe”), y la sentida despedida final a cargo de Reed en “Hello It’s Me”. En general, Cale está a cargo de las canciones con tono más susurrado, que llega a su punto máximo con “A Dream” – un monólogo inspirado en los diarios póstumos de Warhol, donde se pasa factura emocional a varios personajes, incluyendo al mismo Lou- aunque se permite un par de momentos de intensidad distinta, como en “Trouble With Classicists” o la más eléctrica “Forever Changed”, que relata las consecuencias del atentado en la vida de Andy. Por su parte, Reed se encarga del ímpetu rockero, intercalado con momentos más pausados como “Nobody But You” o “Slip Away (A Warning)”, dando así forma a un disco que quedó como el último testimonio de trabajo entre los dos músicos: Por mucha buena voluntad que se tenga, con dos personalidades tan fuertes como las acá involucradas, los roces volverán a surgir tarde o temprano. Tras terminar la grabación, Cale juró que no volvería a trabajar con Reed, aunque debió morderse la lengua al participar, dos años más tarde, en la reunión de The Velvet Underground, tras lo cual volvió a jurar a los 4 vientos que ahora sí no volvería a involucrarse laboralmente con su ex compañero.
Nos queda esta pieza única, conmovedora, seductora y vitalista a partes iguales, sobre la vida de un ser que eligió vivir bajo sus propias reglas, dejando una marca indeleble en el arte y la cultura popular.
Aprovechando el 30º aniversario de su lanzamiento, para el Record Store Day de este año se relanzó Songs For Drella en un precioso vinilo doble de edición limitada, con un grabado de la imagen de Warhol en la 4ª cara, que puedes encontrar en www.kaliyugadistro.cl. Si es que no hay que pensárselo mucho para hacerse con el álbum.
Pablo Renato